Como organización queremos expandir la reflexión en torno al significado e importancia del oficio, y en este marco quisimos invitar a un grupo de personas de diferentes disciplinas a que compartieran con nosotros una reflexión personal acerca de su visión del significado de su oficio y la importancia que ha tenido para cada uno de ellos su cultivo, ya sea como fuente de trabajo o afición. Nuestra primera invitada es Karen Barbé, diseñadora textil y bordadora. A continuación su reflexión:
«Bordar es iniciar una conversación: es descubrir e intercambiar el lenguaje que une a los dedos, el cuello y los ojos con la tela, la aguja y los hilos. Cuando aprendemos a bordar la atención está puesta en dominar la ejecución de la puntada (entendida aquí como un movimiento preciso y pauteado). Al principio solo observamos y entramos de a poco en la conversación. Pero cuando ya recordamos —sin pensar— el sentido y secuencia del sube y baja de la aguja a través de la tela, solo entonces nos podemos sentar a conversar. A veces es una negociación, una lista de preguntas, exclamaciones y comentarios. La aguja y los hilos nos responden con sus propias palabras y tenemos que aprender a interpretar sus señales, sus posturas y formas. Pero después de un tiempo, después de repetir decenas, cientos o miles de veces la misma puntada, podemos entonces charlar interminablemente, casi como en una danza, sobre la complicidad técnica, de formas y colores que acabamos de amarrar entre la tela y los hilos».