Una de las cosas buenas que ha traído este 2018 para Oficios Varios ha sido la posibilidad de iniciar un trabajo de investigación con Kimberly Doering, única pescadora de la Caleta de Quintay, con quien tuvimos la posibilidad de entrar a la mar hace algunos meses y vivir una de las experiencias más alucinantes de nuestras vidas.
Kim es una mujer de 27 años, oriunda de Santiago, que viaja a Quintay por primera vez hace tres años con el fin de obtener su certificado de buceo. Aquella vez no imaginó que al poco tiempo, en ese mismo lugar, encontraría su verdadero oficio: la pesca artesanal.
La posibilidad de compartir con Kimberly ha resultado profundamente atractivo para nosotras, ya que su vida responde a una lógica opuesta a la que guía a la mayoría de las jóvenes de su edad. Habiendo estudiado una carrera universitaria, se da cuenta que el trabajo manual y todo lo relacionado al mar son su pasión, decidiendo dejar todo para dedicarse a la pesca.
La actividad pesquera ha sido un oficio tradicional de la localidad de Quintay, que desde los orígenes de la caleta se ha traspasado por hombres de generación tras generación. En estos últimos años los pescadores han considerado la posibilidad de enseñar su quehacer a una mujer. Hasta la fecha la presencia femenina en la caleta siempre había estado relacionada con el trabajo que generalmente las esposas de los mismos pescadores realizaban bajando al espinel con congrios, como encarnadoras, desmalladoras de red, recolectoras de orilla, y también como encargadas del comercio. Un rol construido siempre desde la costa, lejos de las profundidades y misterios del mar.
A continuación, a modo de introducción, compartimos el primer vídeo que hemos realizado junto a Kim, en él se muestra la experiencia que vivimos al salir durante 12 horas, de 18:00 a 6:00 de la mañana, junto a la embarcación en que ella trabaja en busca de la Jibia. Este es sólo el comienzo de un trabajo que seguimos realizando para dar a conocer desde dentro, y con ojos de mujer, el oficio de la pesca artesanal.