Isadora Díaz de OJOPOROJO: Hay que entregarse al caos

¿Cómo comenzó OJOPOROJO? y ¿cuál fue la motivación de crear un espacio especializado en artes gráficas?

OJOPOROJO comenzó hace 9 años cuando Pablo Madrid, después de terminar el Diplomado de Tipografía en la Universidad de Chile, se dio cuenta de la falta de herramientas y material de estudio en torno a la tipografía y el diseño editorial. Junto a un amigo, se les ocurrió importar herramientas y libros de artes gráficas que no se encontraban en el país y crear una tienda virtual. Trabajaron la marca y el sitio web durante un año, siempre con la idea de facilitar el acceso de material poco común a todo Chile. Al poco tiempo, la tienda empezó a dar frutos, la bodega se hizo chica y había envíos cada vez más seguido. Entonces decidieron arrendar un local chiquitito en una galería de Providencia, rodeado de peluquerías, centros de depilación, costureras, un zapatero, un sastre y locales de oficios varios. La encargada del local, fue mi hermana.

Además de comercializar productos, siempre estuvo la idea de crear un lugar de encuentro, de intercambio de conocimiento, donde las personas que se dedican o gustan de la gráfica en general compartan sus ideas. Todo esto pasó en la misma época en que nació Amalia, nuestra hija. La tienda y Amalia nacieron juntas.

La Risografía entró en el proyecto de OJOPOROJO cuando a Pablo le hicieron el encargo de diseñar e imprimir un afiche a dos colores, eran pocas copias, solo 50, no había mucho dinero y tampoco tiempo. Cuando quieres utilizar la técnica de la serigrafía para pocas copias es un poco complicado, pues requiere de la creación de los bastidores. Entonces nos preguntamos: “Cómo no va a existir un sistema de impresión que pueda imprimir pocas copias a color, a bajo costo, en poco tiempo y que no sea láser”, porque el problema con la impresión láser es que los formatos no son tan grandes y tiene una estética que no gusta tanto. Comenzamos con la búsqueda de algo que nos pudiera servir para el encargo, buscamos “fotocopia a color” y nos encontramos con la Risografía en un portal español, donde se explica su historia y cómo funciona. La encontramos maravillosa, lo pensamos… ¡y decidimos traerla! Trajimos la máquina directamente desde Japón y arrendamos un segundo espacio, un taller que estaba arriba de la tienda en la misma galería Los Lagos. Partimos con dos colores: negro y rojo. En este espacio, también hicimos talleres de caligrafía, acuarela e ilustración. 

OJOPOROJO empezó a crecer, cada vez teníamos más productos y clientes fieles… el local de la galería se nos hizo chico. Un día, almorzando en la fuente de soda de al frente de la tienda actual, vimos una gran ventana en un segundo piso con un cartel que decía Se arrienda. Lo arrendamos y fue como empezar de nuevo. Lo arreglamos con mucho cariño y dedicación, trajimos la máquina y como había más espacio pudimos hacer talleres de Riso también. Esperamos muy pronto poder retomarlos.

¿Qué significado tiene el oficio de imprimir para ti?

La gracia que tiene este sistema es que se crea un vínculo muy cercano entre la máquina y el operador, no hay engranajes ni partes que no se puedan descubrir. Además –creo que pasa con varios sistemas de impresión– cuando sale la primera copia siempre digo: “¡WOW!” Nunca dejo de asombrarme, pues sea trabajando con la pantalla o escaneando los originales, el resultado impreso siempre será distinto a lo esperado. 

Este sistema es relativamente barato y fácil de usar, se pueden hacer publicaciones de poco tiraje a bajo costo, como afiches para la calle, por ejemplo. También es muy amigable con el medioambiente, consume muy poca electricidad porque no usa calor y las tintas son en base a aceite de soya, y a la gente le gusta mucho eso.

¿Qué significado ha tenido tu oficio y tu trabajo durante la revuelta y la pandemia?

Nos hemos percatado, a lo largo del tiempo que llevamos imprimiendo, que la Riso es una opción muy práctica para colectivos o entes variados que buscan expresarse de forma autónoma y espontánea. Con las imprentas más formales, muchas veces existe una barrera que se rompe con la Risografía, lo cual anima a la gente a lanzarse con sus ideas y proyectos contraculturales y de protesta. 

Nosotros ofrecemos el servicio de impresión democráticamente, pues mientras nuestros tiempos lo permitan, imprimimos los trabajos de estudiantes, artistas, ilustradores y emprendimientos varios. Con el estallido social, organizamos dos ferias donde estuvimos imprimiendo diseños de la gente, pero tenía que ser con contenido político, para luego pegar esas impresiones en la calle.

Durante la pandemia, tuve que cumplir una cuarentena obligatoria de dos semanas, y

justo en ese momento tenía mucho trabajo. Ese mismo día trasladé la máquina y todo el taller a la casa. Eran tiempos de cuarentenas intermitentes por lo que decidimos instalar el taller de impresión en la casa un buen tiempo. Al igual que antes, continuamos imprimiendo para quienes necesitaban de nuestro servicio, algunas veces abriendo la intimidad de nuestro hogar para recibir a personas interesadas en imprimir y ver el proceso. Siento haber contribuido con esos proyectos que en la pandemia no tenían donde imprimir. 

¿Podrías contarnos cómo es tu proceso de trabajo?

Mi proceso de trabajo siempre empieza con un correo y una cotización, después pido los archivos editables para poder adaptarlos a mis tamaños de papel y trabajar la pre prensa en mi computador. Generalmente reúno varios trabajos para venir dos días a la semana al taller. Cuando hay trabajos que nos gustan, preguntamos si están interesados en venderlos en la tienda y hacemos un trato.

Muchas de las impresiones que vendemos en la tienda son colaboraciones con amigos, o con ilustradores que nos gustan, a veces les ofrecemos imprimir a cambio de que dejen algo de su material en la tienda. Otras veces hay personas que imprimen y deciden dejar a consignación sus trabajos y van ganando a medida que se van vendiendo. También hay épocas de creatividad en que hacemos nuestros diseños. Ahora mismo estamos trabajando una autopublicación, se llama Siete canciones de amor y un poema desesperado, un libro sobre Víctor Jara que escribió una tía musicóloga experta en la canción de protesta. Yo lo estoy editando, diseñando e imprimiendo en el taller. 

Con respecto al trato con la gente, hay diferentes niveles de trabajo. Algunas veces mandan los archivos, imprimo, retiran y nunca los conozco. Otras veces hay gente que quiere venir y participar del proceso, tocar los papeles, hacer pruebas y tomar decisiones… a veces acepto. 

Generalmente, la gente está abierta a sugerencias con respecto a la preparación de archivos, porque no siempre conocen cómo funciona este sistema. Algunos piensan que se puede imprimir de todo, pero muchas veces no es así.

¿Cuáles son tus principales herramientas de trabajo?

Mi computador para el trabajo de pre prensa, la regla, el cuchillo y la base de corte para cortar papel, el cuentahilos para ver el calce de la trama, mucho papel, tinta y masters… Y bueno, por supuesto que la máquina riso.

¿De todas las palabras y conceptos que rodean a tu oficio, cual es tu favorita y por qué?

La trama, el registro, la superposición y la opacidad. Conceptos asociados al papel como la fibra, cuando hay que plisarlo, dimensionar las resmas para aprovecharlo mejor y que no haya sobrantes. De todos esos conceptos el de la superposición es mi favorito.

¿Podrías recomendar algún libro o fuente de información para la gente que está interesada en impresión  en riso u otras artes gráficas?

El libro Riso… qué? Un manual para diseñar e imprimir en Risografía que fue el resultado del Diplomado de Diseño Editorial de la Universidad de Chile. Ahí explico, de la forma más clara posible, lo que es la Risografía para que la gente entienda y diseñe pensando en este sistema. El libro fue impreso en nuestro taller y está disponible en la librería física y en la web de OJOPOROJO.

¿Quieres agregar alguna reflexión o idea final?

La Riso es una máquina súper entretenida. Quienes se aventuran a investigar y a diseñar para imprimir en este sistema, siempre logran resultados asombrosos. Lo primero es analizar si el trabajo es factible o no de imprimir, es necesario entender la superposición de colores para generar otros, es mejor imprimir con pocas tintas y sacarle provecho a esos terceros que se crean, por ejemplo, rojo y azul forman morados, amarillo y azul forman verdes. También hay que considerar el descalce de las tintas y tomar decisiones de diseño. Las tipografías, por ejemplo, no imprimirlas sobre un fondo de color y calarlas, porque, por el descalce, no se van a leer bien. Si se logran entender las limitaciones de este sistema de impresión y se usan a favor, se pueden lograr resultados muy interesantes.

Yo invito a la gente a que conozcan de qué se trata, a comprender que el calce de tintas no es fácil de lograr, que se mancha, que hay cosas que no siempre son posibles de hacer y que tu impreso final va a ser muy distinto al archivo digital. Todas las copias serán levemente distintas, pasan cosas que te pueden desanimar, cosas inesperadas, hay que tener eso muy claro y entregarse al caos.

Para conocer más sobre el trabajo de Isadora en OJOPOROJO pueden visitar su página web: ojoporojo.cl

Fotografías de Pablo Fabres

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