“No habían llegado muy lejos cuando les salió al encuentro un hombre de mediana edad, tatuado desde la cabeza a los pies y pintado su rostro con una especie de pigmento blanco” (Cook, 54).
Así describe el navegante británico James Cook a un isleño en su escrito Viaje hacia el polo sur y alrededor del mundo, libro en el cual plasma sus impresiones de un viaje que inicia en 1772 y que lo lleva a conocer al pueblo Rapa Nui. Según la documentación, el primer contacto entre este pueblo y extranjeros europeos se realizó en 1722, fecha desde la cual la isla se incorpora en las rutas de navegación. Cook, al ver la isla y sus habitantes, registra sus observaciones en las que incluye variados aspectos como los moais, alimentación y los tatuajes: “El tatowing (tatuaje) o la punción de la piel está muy generalizado. Los hombres están marcados de la cabeza a los pies con figuras, todas muy parecidas, solamente que unas les dan una dirección y otros otra, según sus fantasías les sugieren. Las mujeres están muy poco tatuadas; se pintan de blanco y rojo, y esto es más común entre ellas, aunque también las usan entre hombres; el color rojo lo hacen del taray; pero no sé nada respecto de la composición del blanco” (Cook, 65).
No fue el único que notó esta decoración corporal. Grabados, descripciones, comentarios y, más tardíamente, fotografías de otros visitantes se suman a la descripción realizada por Cook en remarcar su relevancia considerando la escasez de prendas de vestir en el atuendo cotidiano de los isleños.
Izq: Hombre y mujer con tatuajes. Grabado de Pierre Loti (Julien Viaud), 1872. Der: Fotografía de inicios del siglo XX de Uka A Hei a Arero.
La investigadora Ana María Arredondo, en su libro Takona Tatu (2004), realiza una mirada histórica y antropológica del tatuaje y la pintura corporal en el pueblo Rapa Nui. Su planteamiento considera ver a este pueblo como parte de la tradición polinésica compartiendo las prácticas de marcar el cuerpo aunque desarrollando sus propias particularidades. La autora señala que la palabra tatuaje proviene de la partícula “ta” que es golpear, marcar, grabar, y su ejecución estaba a cargo de maestros artistas denominados maori takona, expertos en el arte de esculpir imágenes de piedra y madera, así como en la escritura y el tatuaje (Arredondo, 17-105).
El origen mítico de esta labor está contenido en el relato de dos espíritus mujeres llamadas Vi’e koko y Vi’e kena, las cuales estaban tatuadas y deciden realizar lo mismo con sus dos hijos mortales. Vinculado a esta dimensión que enlazaba su realización con los espíritus, el tatuaje significó rango, estatus o la expresión de un momento importante de la vida, cumpliendo un rol estético, social y ritual. Al respecto, Arredondo explica que el proceso de tatuaje comenzaba entre los 7 a 10 años y finalizaba entre los 18 y 20, marcando etapas de iniciación y término: “Para tatuar debidamente a una persona, el proceso duraba diez, doce años o más. A los ocho se hacían los primeros tatuajes, a los niños en las piernas o kona y en las manos rima kona y a las niñas el retu, especie de guirnaldas, en la frente y las pangaha’a en las mejillas” (Arredondo, 105).
El proceso para tatuar que se recoge es el siguiente: con una peineta uki, hecha de hueso de pájaro o de espinas de pescado, se realizaban punciones en la piel en las cuales se incorporaba el pigmento extraído de hojas de ti mezcladas con jugo de poporo y otras plantas. El maori takona que ejecutaba el oficio habría estado en un posible período de tapu (lo prohibido) que le impedía yacer con mujeres durante un tiempo previo. Una vez sanado el tatuaje, el padre del tatuado ofrecía un curanto “umu ora o te tatu” que comían los padres, el maori takona y la familia directa.
Planta Ti, Cordyline fruticosa.
Arredondo expone que este saber-hacer se fue perdiendo por la proscripción de los misioneros que comenzaron a llegar durante el siglo XIX a la isla y que consideraban en esta práctica un exceso de culto al cuerpo y su sensualidad. Pero el principal motivo fue la desarticulación social que comenzó a vivir el pueblo Rapa Nui con la llegada masiva de navegantes extranjeros que se llevaban a los habitantes a otros lugares como mano de obra, perdiéndose la dinastía de creadores-artistas y sus saberes al interior del pueblo, conformándose con pinturas transitorias (Arredondo, 48).
Durante la primera mitad del siglo XX, el padre capuchino Sebastián Englert, escribe que “los antiguos” de la isla que él logra conocer “tenían distintas partes de su cuerpo en tanta extensión tatuadas que presentaban un aspecto grotesco y horrendo a los ojos de los navegantes extranjeros” (Englert, 171), calificando posteriormente esta tradición como una “moda” y que “como las modas satisfacen muchas veces la vanidad humana a precio de sacrificios, así también el tatuaje. Según el testimonio de personas ancianas —todas muertas, porque hoy ya no queda ningún tatuaje en la isla— producía fiebre y un largo malestar. Por eso no era posible hacerlo de una vez en una gran extensión del cuerpo” (Englert, 173). Si bien estas citas expresan la mirada etnocéntrica y parcial del religioso sobre otro pueblo y su cultura, permite reconstruir algunos aspectos que para esas fechas se mantenían en la memoria oral de los isleños. Uno de ellos son los nombres de algunos tatuajes que se distinguían de una forma particular según la parte del cuerpo en la que se realizaban:
Rima kona: en el dorso de la mano o en la muñeca.
Pare: en los brazos
Humu: en las pantorrillas.
Retu: tatuaje en la frente
Mata pea: debajo de los ojos.
Pagaha’a: en las mejillas
Tu’u ha íngoíngo: en la espalda.
En el presente, al igual que otros pueblos que han sido subordinados por el Estado chileno, las nuevas generaciones están desarrollando una reconstrucción de su historia y tradiciones para volver a re-crearlas como expresión de la identidad de su pueblo, una identidad que no es estática sino viva y en constante transformación. Mokomae Araki es un tatuador rapa nui que recoge y resignifica motivos antiguos, generando, como otros maori takona contemporáneos, una síntesis entre técnicas tradicionales y modernas.
Bibliografía
· Arredondo, Claudia (2004) Takona Tatu Rapa Nui: Rapa Nui Press
· Cook, James Viaje hacia el Polo Sur y alrededor del mundo.
En línea www.memoriachilena.cl
· Englert, Sebastián ([1948] 1993) La Tierra de Hotu Matu’a Santiago: Editorial Universitaria.
· Ramírez, José Miguel (2008) Rapa Nui: el ombligo del mundo. Santiago: Museo chileno de Arte precolombino.
En línea www.precolombino.cl