Buscando bajo las piedras

Creaciones Benítez y el oficio silencioso

Nury comenzó a tejer a los 26 años cerca de la plaza Bismark, en el cerro Cárcel, dentro de un taller de títeres que se hacía en la Iglesia San Judas Tadeo. Nury recuerda a su profesor, ya que fue él quien le enseñó todos los puntos y técnicas base que hasta el día de hoy aplica en sus telares. El taller duró unas pocas clases, pero desde ahí en adelante ella nunca paró de tejer, ni si quiera por momentos en que la necesidad laboral consumía casi todo su tiempo: ha inventado nuevos métodos, nuevas puntadas, ha visto videos en internet para aprender qué están haciendo lxs demás tejedores, ha agregado elementos tales como mostacillas, perlas y lentejuelas, ha transformado sus formatos y explorado en gamas de colores.

Su obra se ha construido completamente al margen del mundo de las redes sociales, por ende, está lejos de ciertos códigos que se han normalizado durante la generación de creadorxs que difunden y comercializan sus oficios desde la virtualidad. Esto es interesante y un poco incómodo, nos enfrenta a cuestionar y repensar qué es lo que buscamos transmitir a la hora de hacer algo con nuestras manos, escuchando a quienes crean más allá de las fronteras del intercambio mercantil. En este sentido, la exposición de su trabajo es una invitación a realizar el ejercicio de levantar una piedra y debajo de ella encontrar un ser vivo brillante que nunca pensó ser visto.

Nury relata que al momento de tejer se siente segura, ya que confía en su paciencia y tranquilidad, elementos que, bajo su mirada, son la base de este oficio. Algunos telares le toman un mes trabajando dos horas al día, otros no más de una hora; todo depende de la concentración, el tipo de técnica, y también la luz del día, ya que cuando anochece, sus ojos le empiezan a doler. Por este motivo, trabaja junto con el sol, escuchando radios locales de Valparaíso e imaginando situaciones que más tarde se transformarán en tejidos.

Anteriormente, su proceso de creación comenzaba con la búsqueda de imágenes en internet: monitos animados, animales salvajes, gatxs de casa y situaciones de la cotidianidad doméstica. Eso se ha ido transformando a medida que han transcurrido los años y Nury ha podido sentir más seguridad en relación a su imaginario. En el presente, la mayoría de las veces es ella quien cierra los ojos y de allí extrae los dibujos. Luego de esto, escoge lápices de colores para pintar sus diseños, y luego con chinches unir el papel a una superficie de plumavit que le servirá de modelo y guía, a medida que va tejiendo.

Los materiales que utiliza son cartones, lana, hilo, pitilla, palos de madera y clavitos de punta. Cada vez que Nury comienza un nuevo trabajo arma desde cero el telar que será la base, ya que conoce muy bien cómo fabricarlo, no necesita comprar nada, son todos materiales encontrados en la basura y el formato es siempre variable. En palabras de Nury:

‘‘Yo lo sé hacer, cada vez que hago un telar armo uno nuevo, hacerlo más chico, más grande, incluso un telar se puede hacer circular, le cortai’ las puntas nomás y listo, vai’ armando, haciéndolo. Son puras cosas que yo recojo de la basura, no hay que comprarlas’’.

Por otra parte, las lanas han sido regalo de diferentes conocidxs, cercanxs y lejanxs que han visto su trabajo y han querido aportar con algún retazo.

Nury nunca ha sido buena para vender sus creaciones. Según recuerda, su inicio en el telar estuvo marcado por una gran inseguridad y timidez. Durante años no permitió que nadie viera los tejidos. Más tarde, pensó que sería lindo hacer regalos, y así fue como algunos de sus tejidos comenzaron a esparcirse, viajar, cambiarse de casa y de ciudad. Sólo una vez vendió un telar a cinco mil pesos, luego de que un conocido vio lo que hacía, y le rogó llevarse uno para colgarlo sobre su velador. Nunca pensó en seguir vendiendo, no porque sintiera que su trabajo fuera malo, sino porque hasta el día de hoy le provoca mucha angustia imaginar el exponer un trabajo tan íntimo, tan proveniente de su interior, y que este pueda ser rechazado, que las personas no quieran comprarlo, que lo ignoren. Es por ello que la organización de esta exposición es un trabajo que ha confiado a sus vecinxs y amigxs de La Finca, con quienes mantiene una relación de colaboración y comunidad hace años. En dicho espacio, durante 2018, Nury tomó el taller “Boceto y puntada”, instancia que a su vez le permitió entrar en contacto con el proyecto Fauna Fantástica, lo que tendría una incidencia importante en términos de su relación con el color y el imaginario propio. Luego, para la época de pandemia, fue parte activa de la olla común “nómade 1312”, que también tuvo lugar en La Finca y donde Nury trabó amistad con otros artistas (mujeres y disidencias) del resto de Valparaíso y de la V región, con lxs cuáles sostuvo esa instancia solidaria por más de un año.

Actualmente, a causa de problemas en su salud, Nury tiene un dolor intenso en uno de sus brazos; sin embargo, desde hace semanas ya, que viene pensando en un método que le permitirá trabajar con una sola mano, y sólo necesitará ayuda al momento de hacer los nudos finales. Nury mira hacia el futuro y piensa que le gustaría hacer clases para lxs cercanxs, quienes estén dispuestxs a mirar y escuchar. También tiene en mente una línea de telares utilitarios: imagina bolsos, poleras, estuches tejidos, ilustrados y coloreados de diferentes texturas, brillantes, peludos y lisos.

Nury considera que, por no haber estudiado arte, ella no es artista, más bien una experta en manualidades, en confecciones; es por esto que el título que eligió para su exposición fue ‘‘Creaciones Benítez’’.

Por último, compartimos un extracto de las palabras de Nury:

‘‘Yo quiero que mi exposición sea normal nomás, como ustedes quieran. Que vaya gente, que sea bonita, que esté todo bonito, nada más poh’. Y si alguien se interesa pa’ más adelante poh’… no solo pa’ comprar, también pa’ enseñarle. A demás que quiero empezar a hacer bolsitos, carteras, todo eso, no es solo así como cuadros pa’ la pared, tengo una cachá’ de ideas con cartón, con costura, sin costura, todo, tengo muchas cosas que hacer.’’

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