Centro Cultural Esteke, nuevas generaciones alfareras de Pomaire

Lo que comenzó con un grupo de 10 amigos, hoy es una organización con más de 20 miembros activos. Esteke ha crecido y se reúnen semanalmente en una casa sin arrendar que sirve como sede. Su objetivo principal es hacer un centro cultural, dado que en Pomaire no hay un espacio que congregue a la comunidad en torno a la cultura.

En Pomaire los perros callejeros toman agua en cacharritos de greda. Las plantas de las casas crecen en maceteros y también dentro de ollas, vasos y platos hechos de este cálido material. En Pomaire todo es greda desde tiempos inmemoriales, pero, como suele ocurrir por estos días, sus cultores dicen que es un oficio amenazado. Por lo mismo, se han alzado voces para defender la tradición que generación tras generación han cultivado con cariño y esmero.

Hace ya unos meses que visitamos Pomaire semanalmente, con el propósito de aprender acerca del trabajo en greda con la señora Juana Mendoza, destacada cultora de este oficio. Estando acá, nos hemos enterado de la existencia de una agrupación de jóvenes que defiende y honra el trabajo de los alfareros. Por supuesto, decidimos ir en su búsqueda.

Mientras acompañamos a la señora Juana en sus compras por la feria, ella nos presenta a distintas personas que pueden ponernos en contacto con algunos integrantes del grupo. La señora Juana nos cuenta que se hacen llamar Esteque y que el esteque es una herramienta que se usa para ir formando las piezas con el torno. Nos muestra uno de los esteques que ella usa. Es una pieza de metal con un hoyo al medio, bastante sencilla y de factura casera.

 

 

Después del almuerzo salimos en busca del “Tugo”, uno de los integrantes del grupo. Tras golpear algunas puertas y hacer unas pocas preguntas, llegamos a su taller; acaba de poner unas piezas en el horno. Su nombre es Germán Calderón, tiene 27 años, es alfarero, hijo de artesano alfarero. Nos dice que efectivamente el forma parte de la agrupación Esteke–ellos cambiaron la Q y la U, por la K—. Le pregunto el porqué del nombre y me dice que es una herramienta que le da forma a la greda, es una pieza fundamental. “Aunque la palabra es esteca. Hay una revista de ceramistas que se llama Esteca, pero acá en Pomaire se le dice esteque. Y quedó en esteque; para qué vamos a llevar la contra. Esa es la idea. Darle forma al pueblo con las herramientas que tenemos”.

La agrupación existe desde el año 2010, cuando sacaron la personalidad jurídica y se constituyeron como el Centro Cultural y Social Esteke. Nos cuenta que la agrupación nació de conversaciones con amigos. “La mayoría de mis amigos somos artesanos, hijos de artesanos y siempre estaba ese problema de que no había nadie que alzara la voz. Y nosotros como somos la siguiente generación que va quedando, decidimos unirnos”. ¿Alzar la voz frente a qué? A la problemática cultural que se vive en Pomaire, que para Germán y el grupo del que participa, es la pérdida de identidad y de la tradición . “Estaba ingresando mucha cosa ajena a lo que es realmente Pomaire. Y hay que defenderlo”. Le preguntamos entonces, qué es realmente Pomaire. “Es tradicional”, nos contesta. “Siempre ha sido la greda, la comida”.

La irrupción en masa de un mercado de objetos chinos ha convertido a Pomaire en una especie de mall, nos cuenta Germán. Hay vacíos legales que permiten esta situación que, a vista de él y de muchos alfareros, constituye una amenaza al oficio que los sostiene no sólo económicamente, sino también en lo que los constituye como personas y como colectivo. Además, a lo largo de los años la forma en que se trabaja la greda ha cambiado: lo que para algunas personas puede atentar contra la tradición, para otros es una evolución necesaria. Le preguntamos también acerca de esto, para tener una idea más clara respecto a la visión de la organización respecto a estas tensiones tan comunes por estos días: nos deja claro que en Esteke caben todos los cultores de la greda, mientras hagan su trabajo con dedicación. “Yo por ejemplo trabajo la pieza pintada de repente: tengo chanchitos que los pinto porque hay gente a la que le gusta eso. Pero también tengo natural, les ofrezco las dos alternativas. No me puedo ir en contra de la gente porque son hartos los que trabajan así. Le dan un valor agregado, dicen, a la pieza. Pero así también hay personas alfareras que trabajan la pieza en bruto, que le dan terminación con pulido. Eso tiene mucho más valor que la pieza pintada obviamente, pero las personas no saben eso. Se piensa que porque es “tosca” la cosa tiene que ser más barata, y no es así. La señora Juana (Mendoza): ella es excelente alfarera, hace piezas y cobra el valor porque enseña cómo lo hace. En el comercio, como la gente viene de pasadita, no se le puede explicar tanto todo el proceso, ve la pieza terminada nomás. Pero todo eso tiene un trabajo de semanas, paciencia para que te quede bien la pieza y vender calidad”.

 

 

Para él, Esteke es una forma de defender el trabajo y estar presentes. “La idea de que lleguen y digan: ‘Pucha, acá en Pomaire está muriendo la cosa’… A muchos de nosotros los padres nos dijeron: ‘No, no trabajen en greda, busquen otra cosa’. Y de cinco hermanos yo me quedé nomás en la alfarería. Pero a mí me gusta, es lo que me gusta hacer en la vida, y con la mayoria de mis amigos pasó lo mismo. Nosotros tratamos, de una u otra forma, de mantener viva la cultura de la greda”.

Lo que comenzó con un grupo de 10 amigos, hoy es una organización con más de 20 miembros activos. Esteke ha crecido y se reúnen semanalmente en una casa sin arrendar que sirve como sede. Su objetivo principal es hacer un centro cultural, dado que en Pomaire no hay un espacio que congregue a la comunidad en torno a la cultura. Con esta meta, han realizado numerosas actividades para reunir fondos y difundir su quehacer, entre las que se cuentan pasacalles, peñas, el Carnaval por la Greda del año recién pasado y el Gredapaloza, festival de música que dura 12 horas y que prepara su versión 2014. Todo autogestionado por ellos.

Nos sorprende la creatividad, la iniciativa y la capacidad de gestión que vemos en la agrupación, y que nos llega a través de la voz de Germán y de todo lo que nos muestra que conforma en cierto modo un registro de la vida de Esteke: afiches, fotografías, máscaras carnavalescas, pedazos de antiguos carros alegóricos, otros de carros aún sin terminar ni estrenar. Nos cuenta que gracias a todas esas actividades han podido irse equipando, que ya tienen amplificación y que eso les permite “meter más bulla”.

 

 

Es hora de irnos, porque las piezas en el horno están listas. Le pedimos que nos deje con un mensaje para el turista que va a Pomaire: “Que ayuden a mantener la tradición, porque nosotros apreciamos lo que hacemos. Que prefieran la greda al plástico y puedan valorizar el trabajo”. Lo dejamos a punto de abrir el horno, porque en la greda siempre “hay un momento justo. En esto, tu vida gira en torno a la pieza”.

Días después, mientras escribimos este artículo, buscamos en internet la “esteca”, el nombre oficial de la herramienta tan mentada. Curiosamente, no hallamos ninguna fotografía en que aparezca algo parecido a ese pedazo de metal con un hoyo al medio. Desde nuestra ignorancia, nos preguntamos si será un invento pomairino, con la seguridad de que al interior de este pueblo se encuentra el conocimiento y la sabiduría para crear “estekes” y otras herramientas que enriquezcan el oficio, la comunidad y, a fin de cuentas, la vida en su amplia, cotidiana y creativa magnitud.

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